Cuando somos bebes nuestra piel es bella. Suavecita, delicada y perfecta. A la mayoría de las mujeres no nos dura por mucho tiempo. Cuando alcanzamos la adolescencia nuestra piel empieza a padecer los efectos de los cambios glandulares algunas veces en la forma de acne. Después de algún tiempo empezamos a ver el daño causado por el sol en nuestra piel ya sea manchas, pecas o decoloraciones. |
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sábado, 26 de marzo de 2011
Alto a las arrugas prematuras
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