Placer culpable entre dos

En los tiempos que vivimos nos sentimos exigidos por todo, somos evaluados desde muy pequeños. Siendo niños nos piden nuestros padres que debemos ser el ‘mejor’ en todo. Como hombres nos sentenciaban que no podíamos llorar y las niñitas debían hacer las labores de la casa al igual que lo hacían nuestras abuelas. Luego en la época escolar, debíamos ser el primero de nuestra clase y en nuestra educación secundaria las competencias entre compañeros se hacían más fuertes por obtener el mejor puesto en un ramo, luchando por lograr ser él que obtuvo la mejor calificación de la promoción.

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